18 Abr No habrá una próxima burbuja inmobiliaria ni chollos inmobiliarios
El sector inmobiliario está viviendo su mejor momento desde el estallido de la burbuja inmobilaria. Después de diez años, el mercado inmobiliario presenta brotes verdes en las zonas con mayor actividad económica. No hay chollos inmobiliarios ni actividad especulativa, sino signos de «salud» y «normalidad», según la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios, que representan la ansiada recuperación. Aún con los precios bajos, el crecimiento es razonable por lo que no se espera un descontrol de precios ni una compraventa descompasada en la compraventa de viviendas.
El ritmo de la actividad inmobiliaria española concuerda perfectamente con el movimiento de la oferta y la demanda. No se aprecia ninguna estrategia especulativa que pueda dañar o arriesgar el estado del mercado. Además, hay que tener en cuenta que los precios de las viviendas siguen siendo muy bajos y es muy difícil que se de una burbuja. La aparición de nuevos productos en el mercado como la compra en plano o la nueva obra son una respuesta directa del mercado.
El mercado inmobiliario español deja atrás la especulación y se abre camino una situación de normalidad en la compraventa de propiedades.
No hay riesgo de que se una nueva burbuja puesto que las propiedades se conservan durante tiempo por los compradores. Sea como vivienda o activo, las propiedades no son chollos inmobiliarios para la especulación. Incluso en las ciudades donde más crecimiento se está generando como, Madrid o Barcelona, la compraventa es natural y genera rentabilidad o un buen uso para el comprador. Por tanto, operaciones ágiles o especulativas no son algo representativo, actualmente.
Además, hay que prestar atención a valores técnicos, como el hecho de que el precio de las viviendas es demasiado bajo para crear una burbuja. Por ejemplo, el precio del terreno no sobrepasa el 20% del valor de la vivienda, en cuyo caso, habría riesgo de crear un valor desbordado. Por otro lado, los prestamos hipotecarios están siendo muy limitados y las entidades financieras optan por riesgos bajos. Por último, la nueva construcción y la promoción no suponen una amenaza dado que los procesos están siendo lentos. Actualmente, el mercado inmobiliario está completamente sujeto la necesidad de vivienda del consumidor.